lunes, 31 de agosto de 2015

COMO COLABORAN LOS MICROBIOS INTESTINALES EN LOS BENEFICIOS Y PERJUICIOS DE LA DIETA

Las dietas ricas en aceite de pescado en comparación con las dietas ricas en grasa de cerdo,  producen bacterias muy diferentes en los intestinos de los perros. Los autores de este trabajo transfirieron estos microbios en otros ratones para ver cómo afectaban la salud y los resultados sugieren que las bacterias intestinales comparten parte de la responsabilidad de los efectos beneficiosos del aceite de pescado y los efectos nocivos de la manteca de cerdo.

En particular, los ratones que recibieron trasplantes de microbios intestinales asociados con una dieta de aceite de pescado estaban protegidos contra el aumento de peso inducido por la dieta y la inflamación en comparación con los roedores a los que se les trasplantaron microbios intestinales asociados con una dieta de grasa de cerdo. Esto demuestra que los microbios intestinales son un factor agravante de la inflamación independiente asociado a la obesidad inducida por la dieta y da esperanza de que un probiótico podría ayudar a contrarrestar una dieta "grasa".

"Queríamos determinar si los microbios intestinales contribuyen directamente a las diferencias metabólicas asociadas con las dietas ricas en grasas saludables y no saludables", explica el autor del estudio Robert Caesar, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia. Aunque el estudio fue realizado en ratones, el "objetivo es identificar intervenciones para optimizar la salud metabólica en los seres humanos y en otras especies de animales".

Caesar, que trabaja en el laboratorio del autor principal del estudio, Fredrik Bäckhed, comenzó alimentando a ratones con grasa de cerdo o aceite de pescado durante 11 semanas y siguió los signos de la salud metabólica. Mientras que el consumo de manteca de cerdo promovió el crecimiento de las bacterias llamadas 'Bilophila', que han sido vinculadas con el desarrollo de la inflamación, la dieta de aceite de pescado aumentó la abundancia de bacterias llamadas 'Akkermansia muciniphila', conocidas por reducir el aumento de peso y mejorar el metabolismo de la glucosa en ratones.

"Nos sorprendió que la manteca de cerdo y la dieta de aceite de pescado, a pesar de tener el mismo contenido de energía y la misma cantidad de fibra dietética -que es la fuente primaria de energía para las bacterias intestinales- provocaron fundamentalmente diferentes comunidades de microbiota intestinal y que el microbioma per se tuvo efectos muy grandes en la salud", dice Caesar.

En la siguiente serie de experimentos, Caesar realizó "trasplantes fecales" para probar si los microbios de la dieta de aceite de pescado podrían mejorar la salud de los roedores alimentados solo con grasa de cerdo y viceversa. Los resultados proporcionan evidencia adicional de que las comunidades microbianas del intestino pueden determinar y recuperar los problemas de salud causados por la mala alimentación.

"Nuestro papel es compatible con los informes anteriores que indican que las bacterias 'Akkermansia muciniphila' son promotoras de un fenotipo saludable", apunta Bäckhed. "Sin embargo, se necesitan más investigaciones para determinar si esta bacteria se puede utilizar como cepa probiótica y, en ese caso, cómo se debe combinar con una dieta para optimizar los resultados de salud", concluye.

Fuente: 'Cell Metabolism'

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miércoles, 26 de agosto de 2015

COMO DETECTAR LOS TRAUMAS DE TU PERRO

Empezaremos este post con una historia que nos pondrá en el hilo de este tema

“Cada vez que vamos a salir, Fred grita como si lo estuvieran matando; ladra histéricamente cuando ve una moto, bicicleta u otro perro; tira desesperadamente de la correa, tanto que me ha lanzado varias veces al suelo. Es simplemente imposible salir con él”. María José adoptó a Fred en noviembre de 2013, pero fue en enero de este año que empezó a preocuparse por su salud mental.
“Nunca antes se me había pasado por la cabeza que un perro pudiera tener problemas de estrés o que traumas de su pasado pudieran aflorar años después” “La primera vez que Fred pisó una clínica veterinaria el veredicto fue claro: su estado físico era tan nefasto que lo mejor era sacrificarlo“.
Pero María José se opuso. Ella veía en él un perro rebosante de energía, siempre dispuesto a jugar y con un apetito insaciable. Una de su patas estaba destrozada, por lo que debieron introducirle un clavo intraóseo. Además, había dado positivo en la prueba de leishmania.

Durante los meses que duró su recuperación, Fred permaneció en casa, aislado de las calles en las que había vivido hasta que María José lo acogió. La prioridad, para ella, era su salud física. Nunca pensó en su salud mental.
Cuando Fred empezó a salir, se veía nervioso, tiraba de la correa y ladraba incesantemente. Un adiestrador le había dicho a María José que tenía un problema de autoridad, por lo que la exhortó a castigarlo o a premiarlo dependiendo de si obedecía sus órdenes. Pero lejos de resolver el problema, ese diagnóstico empeoró la situación.

terapia perro
Después de consultar a otros especialistas y leer mucho sobre el tema, María José comprendió que a su mascota le causaba tanta ansiedad estar en la calle que no podía obedecer orden alguna. “Los perros tienen memoria y traumas. Es muy posible que el pánico que siente Fred cuando ve motos se derive del hecho de que fue atropellado“, reflexiona.
María José llevó su mascota a la organización española de adiestramiento MiaCrok. Allí la terapeuta y educadora canina Alba Fernández, quien tiene amplia experiencia con animales abandonados, le dijo que el estado en el que se encuentra Fred es el resultado de todo el dolor que acumuló en la calle y en los tratamientos a los que tuvo que ser sometido.
“Es como tener dos perros: el Fred de casa, dulce, tranquilo, leal y obediente, y el Fred de fuera de casa: histérico y agresivo con otros perros. Quizás si hubiera sabido a qué señales de estrés canino prestar atención no hubiéramos llegado a esta situación extenuante y dolorosa para los dos”, cuenta con tristeza.

Señales para estar alerta

BBC Mundo les preguntó a tres expertos cómo detectar problemas emocionales en nuestras mascotas y qué hacer ante ellos.
De acuerdo con el biólogo conductual y psicólogo animal Dennis Turner, director del Instituto de Etología aplicada y Psicología animal de Suiza, no se debe ignorar cualquier cambio significativo de la mascota como:
  • Pérdida de apetito por largos periodos de tiempo.
  • Inactividad inusual.
  • Comportamientos destructivos cuando son dejados solos en casa.
  • Intentos de escaparse o de esconderse.
Para Turid Rugaas, entrenadora noruega de perros, considerada una gurú en el área, un perro puede estar crónicamente estresado si:
  • Se le ve nervioso, deprimido o temeroso.
  • Se molesta o se siente amenazado con mucha facilidad.
  • Presenta un comportamiento histérico.
  • No manifiesta curiosidad.
  • Reacciona con exageración al tacto o a los ruidos.
  • No puede hacerle frente a los problemas diarios más comunes.
Para Fernández, hay una señal que parece no fallar:
  • “Si tienes que estar castigando a tu perro todo el tiempo, es porque algo anda mal”.

¿Qué deben hacer los dueños?

Turner recomienda:
  • Observar a la mascota con cuidado y objetividad.
  • Poner especial atención a cambios a largo plazo y tomar nota de ellos.
  • “Una vez confirmes que el problema es real y no sólo un capricho en el estado de ánimo de tu mascota, consulta un veterinario conductista o un psicólogo animal entrenado con un diplomado otorgado por una sociedad profesional”.
Rugaas considera que es fundamental que los dueños conozcan lo que el perro necesista para vivir mentalmente saludable. Recomienda que:
  • No lo castigues.
  • No te muestres molesto o amenazante.
  • No lo tengas en una jaula ni le pongas collares de ningún tipo.
  • No le lances palos ni pelotas.
  • No lo uses para ganar premios.
  • Déjalo ser curioso y permítele explorar el mundo a través de sus sentidos.
  • Permítele que construya su autoconfianza para que se enfrente a todo.
  • Aliméntalo bien y déjalo que duerma lo suficiente.
  • Bríndale compañía, limita las restricciones físicas y estimúlalo mentalmente.
Para Fernández, la empatía es la clave:
  • “Ponerse en la piel del perro
  • Aprender a comunicarse con tu mascota

El ambiente

Para Rugaas, cuando se habla de la salud mental de los perros, se habla de las emociones que resultan de la forma en que han sido tratados y de las condiciones en que han vivido.
La salud mental de los perros no tiene nada que ver con enfermedades mentales. Nunca he visto a un perro con una”, aclara. “Nuestros perros mascotas podrían sufrir de problemas mentales, pero solo porque el ambiente en el que viven los hacen sentir muy mal. No es porque tengan una enfermedad (…) Problemas físicos en el cerebro son muy raros”, le indicó a BBC Mundo.
De acuerdo con Fernández, problemas como la hiperactividad y la agresividad generalmente tienen como trasfondo el miedo. Sin embargo, no existe un patrón para detectar trastornos emocionales en los perros, no sólo porque cada animal es único sino porque cada dueño es único también. Por eso es clave, entrevistarlos con detenimiento y obtener respuestas honestas.
perro amigable
“Suelen pedir nuestra ayuda para resolver problemas de conducta de sus mascotas que los están afectando a ellos”, le cuenta a BBC Mundo. Lo que es claro para la experta es que “casi 99% de los desórdenes emocionales de los perros se deben a fallas de las personas que han formado parte de su socialización (los primeros cuatro meses de vida son determinantes) y del ambiente en el que se desenvuelven”.
De acuerdo con Turner, nuestros perros y gatos mascotas pueden sufrir de fobias y otros desórdenes de ansiedad, como la que provoca la separación, y se pueden manifestar con síntomas muy similares a los que experimentan las personas cuando están deprimidas. También pueden desarrollar desórdenes compulsivos y neurosis.

Apoyo y paciencia

Aunque Rugaas y Fernández hablan de problemas emocionales y no de enfermedades mentales en perros, en Estados Unidos la historiadora científica Laurel Braitman se dedicó a investigar ese aspecto de la vida animal a partir de una experiencia personal.
La autora de “Animal Madness” (“Locura animal”) habló en una charla TedTalk, titulada: “Depressed dogs, cats with OCD: What animal madness means for us humans” (“Perros deprimidos, gatos con Desorden Obsesivo Compulsivo: Lo que la locura animal significa para nosotros, los humanos”) sobre su mascota a la que asegura le entregó su corazón “por completo”.
“Era un perro de montaña Bernés. Mi exesposo y yo lo adoptamos y a los seis meses descubrimos que era un desastre. Sufría de una angustia de separación tal que no podíamos dejarlo solo. En una oportunidad saltó del tercer piso de nuestro apartamento. Comía tela, cosas reciclables. Cazaba moscas que no existían. Tenía alucinaciones. Fue diagnosticado con desorden canino compulsivo y eso era solo la punta del iceberg”.
Braitman señaló que en el proceso de intentar ayudar a su perro superar sus ataques de pánico y su ansiedad, su vida también cambió. “Al tratar de ayudar a mi propio perro a superar su pánico y angustia, mi vida cambió, mi mundo se resquebrajó por completo. De hecho pasé los últimos siete años investigando enfermedades mentales en otros animales. ¿Pueden ellos estar mentalmente enfermos como las personas? ¿Y de ser así, qué dice de nosotros?”, pregunta.
“Y descubrí que, efectivamente creo que pueden sufrir de enfermedades mentales, y que estudiar y tratar de identificar enfermedades mentales en ellos a menudo nos ayuda a ser sus mejores amigos y también puede ayudarnos a entendernos mejor a nosotros mismos”.
Para Braitman, el apoyo, el cariño, la paciencia y el tiempo que las familias les brinden a las mascotas con desórdenes emocionales puede convertir cualquier trauma pasado en una experiencia positiva. “Tratándose de tu perro o de tu gato (…), si crees que están traumatizados o deprimidos, probablemente tengas razón“, indicó la experta.
Por eso, como ya lo había dicho Fernández, la empatía es la clave. Y María José lo sabe muy bien. “Mi perro tiene un problema difícil de solucionar pero no imposible y sé que necesita de ayuda profesional y grandes dosis de cariño y paciencia”.

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martes, 18 de agosto de 2015

COMO EL CAMBIO CLIMATICO MODIFICÓ LA ANATOMÍA DE LOS CÁNIDOS



Durante los últimos 40 millones de años, la vegetación y los hábitats de herbívoros y carnívoros se han visto alterados por el impacto del cambio climático. Con ellos el comportamiento predatorio de los cánidos (como lobos, zorros y perros pintados africanos) también se ha modificado. Hasta ahora, los científicos pensaban que únicamente los herbívoros se veían afectados por los cambios en la vegetación.

El nuevo estudio, publicado en Nature Communications, demuestra que los cambios ambientales y de vegetación –que son consecuencia del cambio climático– también influyeron en la evolución y ecología de los mamíferos de régimen carnívoro en el continente norteamericano, donde ha ocurrido la mayor parte de la historia evolutiva de estos mamíferos.
“Hace entre 20 y 25 millones de años hubo un gran cambio de escenario en Norteamérica que pasó progresivamente de ser un lugar boscoso con un clima cálido a otro con grandes llanuras extensas similares a las que nos encontramos actualmente en el Serengueti (Tanzania), pero con un clima más frio y seco”, explica a Sinc Borja Figueirido, autor principal del estudio e investigador en la Universidad de Málaga.

Según el trabajo, fue este cambio de hábitat de bosques a sabanas o praderas lo que conllevó un cambio en el comportamiento predador de los carnívoros: “El esqueleto de los cánidos se modificó: se volvieron más gráciles y estilizados, tal y como los conocemos en la actualidad”, añade Figueirido.
Finalmente con una tendencia hacia la extensión de hábitats abiertos, el aumento de la aridez y la disminución de las temperaturas, se culminó con la aparición de cánidos que se especializaron hace unos dos millones de años en la carrera rápida y prolongada para dar caza a sus presas. “Aparecieron nuevas estrategias de caza como la de persecución, ya que hasta ese momento solo existían con gran probabilidad carnívoros no tan corredores y con estrategias de caza no especializadas”, confirma el científico.

Perros extintos, Hesperocyon y Sunkahetanka. (Mauricio Antón-SINC)

                       Perros extintos, Hesperocyon y Sunkahetanka. (Mauricio Antón-SINC)


Codos fósiles revelan el cambio anatómico
Los investigadores llegaron a estas conclusiones tras el análisis de más de 40 huesos fosilizados (en concreto la parte del brazo que forma la articulación del codo) de representantes de la familia de los Canidae, que no llegaron a Europa hasta hace aproximadamente siete millones de años, cuando colonizaron Eurasia por una migración que se produjo a través del Estrecho de Bering.

El estudio de los fósiles del Museo de Historia Natural de Nueva York (EE UU) permitió demostrar que las articulaciones de los codos –que son indicadores anatómicos de la estrategia de locomoción de estos carnívoros– cambiaron gradualmente de forma y función, lo que confirma la evolución hacia un método de caza basado en la persecución.

“Mientras que los depredadores que utilizan la emboscada para dar caza a sus presas necesitan conservar la capacidad supinadora (capacidad de rotar la mano y situar la palma hacia arriba) para lidiar con ellas, los carnívoros especializados en la carrera rápida y prolongada tienen extremidades anteriores con una posición más pronada y presentan grandes dificultades para supinar”, aclara Figueirido.

Para estos últimos cánidos perseguidores, esta restricción de los movimientos de las extremidades les supone un gran ahorro de energía, pero “les impide manipular a las presas”, detalla el investigador quien declara que estos cambios morfológicos se han observado en los huesos de cánidos extintos coincidiendo con momentos de cambio ambiental, según el registro fósil botánico.
Con los resultados de este estudio, los científicos apuntan a la importancia de dictar medidas de conservación no solo para los herbívoros sino también para “todos los elementos de las comunidades de grandes mamíferos por igual” que podrían seguir viéndose afectados por el cambio climático.

Referencia bibliográfica:
Borja Figueirido et al. “Habitat changes and changing predatory habits in North American fossil canids” Nature Communications 6:7976 | DOI: 10.1038/ncomms8976 18 de agosto de 2015

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domingo, 16 de agosto de 2015

LA CIENCIA DESCUBRIÓ CÓMO SIENTEN LOS PERROS

Con los perros, el hombre comparte 40 mil años de historia; y con los gatos, 9.500. Pero recién hace dos años comenzó a estudiarlos con más profundidad. Los resultados sorprenden.




Se dice que Federico el Grande, de Prusia, fue el primero en decir que el perro es el mejor amigo del hombre. Quizás el rey no fue consciente de que, al inaugurar esa frase célebre, estaba resumiendo 40 mil años de historia, desde que un lobo dejó de ser un animal salvaje para convertirse en doméstico, compañero inseparable del ser humano hasta el día de hoy. A pesar de esta larga y estrecha relación, la ciencia no le ha prestado atención al estudio del comportamiento de las mascotas hasta hace relativamente poco tiempo. La etología (la disciplina que estudia el comportamiento animal) cuenta con menos de un siglo y no fue hasta hace un par de años que los científicos decidieron ir más allá de la observación de la conducta animal. Diferentes neurobiólogos, en Europa y Estados Unidos, realizaron estudios pioneros con resonancia magnética para saber qué es lo que ocurre en el cerebro de los perros. Los resultados confirman lo que los amantes de las mascotas sabían desde hace tiempo: los animales cuentan con emociones complejas que los hacen casi humanos.
Las mascotas, está claro para cualquiera que haya tenido una, no son una simple máquina viva que responde positiva o negativamente a los estímulos, según si esperan recibir o no una recompensa. Pero para la ciencia, siempre reluctante a admitir emociones como afecto desinteresado o sufrimiento altruista, el hallazgo de evidencias tangibles se ha convertido en un avance radical.

Perros sensibles. Gregory Berns, neurocientífico de la Universidad de Emory, en Atlanta, es el líder de The Dog Project, una investigación pionera, ya que fue la primera en aplicar la resonancia magnética a los perros. Específicamente, se utilizó el procedimiento de imagen por resonancia magnética funcional, que mide la actividad cerebral mediante la detección de cambios asociados en el flujo sanguíneo. Berns expuso a diferentes perros a los olores de personas familiares y desconocidas. El olfato, se sabe, es el sentido más desarrollado en los caninos. El resultado mostró que el núcleo caudado se activaba ante los aromas de familiares, pero no ante los de personas no conocidas. El núcleo caudado es el “centro de recompensa” del cerebro canino y se asocia, en los humanos, con la experiencia de la belleza y el amor romántico.

Siguiendo los pasos de Berns, recientemente un equipo de la Universidad Eotvos Lorand, de Budapest, aplicó la misma técnica para observar la respuesta de los perros ante los sonidos. Los animales testeados fueron expuestos a casi 200 sonidos de voces humanas y ladridos, expresando un abanico variado de emociones y sentimientos. Un grupo de personas también fue expuesto a los mismos sonidos, para poder comparar los resultados. Se trata del primer estudio comparativo de neuroimágenes entre el hombre y otra especie, fuera de los primates. El análisis reveló que la corteza auditiva (la región del cerebro encargada de procesar los sonidos) en los humanos y en los perros responde de la misma manera. Esto significa que, ante un quejido, una risa o un llanto, la reacción del perro es análoga a la de los seres humanos.
Attila Andics, líder del proyecto, le contó a Viva el alcance del estudio: “La mayoría de los científicos de la actualidad está de acuerdo en que la lógica conductista extrema es obsoleta, una buena cantidad de evidencia sugiere que hay más que eso. De forma que mi aproximación al tema es diferente. Estos estudios nos hacen pensar sobre la naturaleza de la recompensa. Nuestros estudios demuestran que los perros son muy sensibles a las señales vocales humanas: para ellos, una recompensa social (un elogio, una caricia) puede ser algo tan motivador o confirmador como una recompensa física (como un alimento)”.

Emociones compartidas. ¿Significa eso, entonces, que los animales tienen los mismos sentimientos que los seres humanos? Afirmar eso sería apresurado. Andics es precavido: “Simplemente hemos encontrado áreas homólogas en los cerebros de perros y humanos que reaccionan a la emocionalidad en el sonido. Sabemos que hay similitudes acústicas en la expresión de felicidad y tristeza entre las especies, y argumentamos que tanto perros como hombres hacen uso de estas similitudes cuando tratan de decodificar señales emocionales de otras especies”.



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lunes, 10 de agosto de 2015

¿CÓMO ENTRENAN A LOS PERROS PARA QUE PUEDAN DETECTAR EL CÁNCER?






Los humanos tienen cinco millones de receptores de olor pero los perros cuentan con 300 millones de receptores olfativos en sus hocicos. 
 
Por primera vez el sistema británico de salud pública llevará a cabo una prueba clínica en un hospital de Inglaterra con perros especialmente entrenados para detectar el cáncer.
La prueba, en el hospital universitario Milton Keynes, obtuvo el visto bueno después de presentar los resultados de un estudio inicial que mostró que los canes podían detectar a través de la orina la presencia de tumores en la próstata con un 93% de eficacia.
La organización sin ánimo de lucro Medical Detection Dogs, fundada en 2008, liderará la prueba en el hospital, que durará tres años y con la que esperan identificar los falsos positivos que con frecuencia derivan de la tradicional prueba médica para detectar el cáncer de próstata, la del antígeno prostático específico (frecuentemente abreviado por sus siglas en inglés, PSA).
El de próstata es uno de los tipos de cáncer que causa más muertes en el mundo, junto al de pulmón, cólon y estómago, según la Organización Mundial de la Salud.

Un olfato extraordinario

Los humanos tienen cinco millones de receptores de olor pero los perros cuentan con 300 millones de receptores olfativos en sus hocicos.
La cofundadora de Medical Detection Dogs, la doctora Claire Guest, dice que los perros pueden detectar cambios en el olor que podrían indicar un diagnóstico de cáncer.
Guest le dijo a BBC Mundo que sobre todo usan perros labradores y spaniels (cazadores).
"Usamos muchos perros trabajadores porque les encanta encontrar cosas", explicó.
"Para ellos es una especie de juego de búsqueda y eso les encanta".
"El juego es encontrar el olor".
"Nuestros perros tienen índices de fiabilidad más altos que la mayoría de las pruebas existentes. Sabemos que su sentido del olfato es extraordinario. Pueden detectar partes de un billón, que sería el equivalente a una gota de sangre en dos piscinas de tamaño olímpico".
En el caso del cáncer de próstata lo que deben detectar son partículas volátiles en la orina. Y según Guest los perros pueden hacer eso hasta en niveles muy muy bajos.

Cómo entrenan a los perros



 
 Los labradores son habituales en los equipos antidrogas y antiexplosivos de la policía, en tareas de búsqueda y rescate así como de acompañamiento a invidentes. 
 
 
Todos los perros que utiliza Medical Detection Dogs viven en las casas de sus amos y van al centro de investigación a trabajar durante el día de lunes a viernes. Los fines de semana están libres.
En la actualidad tienen 10 perros en proceso de formación que revisan de 200 a 300 muestras de orina cada día sin dificultad alguna, según explica Guest.
Después de unos seis meses de entrenamiento están listos para detectar la enfermedad.
Rob Harris, manager de Bio Detección, explica en un video cómo entrenan a los perros utilizando un carrusel de muestras tomadas de gente sana y de gente enferma de cáncer.
Las muestras son de cantidades muy pequeñas, de 0,5 mililitros.
Cuando los canes identifican el olor asociado al cáncer lo indican sentándose o parándose frente a esa muestra particular.


Muestra de orina de 0.5 mililitros utilizada para entrenar a los perros en un ejercicio de carrusel.
"Entonces los premiamos con una pelota de tenis o con comida, según las preferencias de cada perro", dice Harris.
Si hay dudas, se utilizan varios perros "especialistas" diferentes para olfatear la misma muestra y confirmar un caso positivo.
Guest explica que los perros pueden detectar varios tipos de cáncer, pero no están entrenados para oler directamente a un paciente, sino para identificar las partículas del olor presentes en muestras de aliento u orina.
Un mismo perro puede estar entrenado para detectar varios tipos de cáncer, pero en la prueba clínica que empieza ahora en Reino Unido cada perro estará especializado en identificar un único tipo de enfermedad.

Desafíos

A corto plazo, el objetivo de los perros es confirmar casos positivos en los cánceres que son particularmente difíciles de detectar, como el de próstata.
Durante la prueba en el hospital de Milton Keynes se compararán los diagnósticos hechos con la tradicional prueba PSA y los hechos con los perros.
Y el objetivo a medio plazo, según Guest, sería crear una nariz electrónica con nanosensores que pueda imitar lo que hacen los perros.
De esa manera habría una manera "barata, eficaz y no invasiva" de hacer un diagnóstico temprano de cáncer que podría salvar muchas vidas.
Pero ahora mismo los científicos no saben qué es exactamente lo que huelen los perros como para poder replicarlo artificialmente.
Por eso durante la tercera y última fase de este estudio el equipo de Guest colaborará con otros científicos para tratar de identificar esos componentes del olor y trabajar hacia la creación de una nariz electrónica.


Investigaciones previas y una experiencia personal

El urólogo Iqbal Anjum, consultor del hospital de Milton Keynes y miembro del equipo de asesores sobre cáncer de Medical Detection Dogs, cree que el estudio clínico que se hará en Inglaterra tiene "expectativas muy emocionantes".


En 2009 la doctora Claire Guest notó que su propio perro labrador empezó a comportarse de una manera diferente cuando estaba con ella.
"Durante años hubo muchos estudios anecdóticos que sugerían que los perros podrían ser capaces de detectar el cáncer según el olor de los tumores. Se asume que las moléculas volátiles asociadas al tumor quedan liberadas en la orina de una persona, lo que facilita la recogida de muestras para su análisis", le dijo al diario británico The Guardian.
Después de leer evidencias anecdóticas de casos de mascotas en distintas partes del mundo que detectaron la enfermedad de sus dueños, dos de ellos publicados en la revista The Lancet, la doctora Guest decidió investigar si los perros se podrían entrenar para detectar olores cancerígenos en los humanos.
En 2004 publicó en la revista especializada British Medical Journal los resultados de una investigación que ella considera "robusta" que decían que los perros sí podían ser entrenados para el diagnóstico de la enfermedad.
Pero su estudio enfrentó "un enorme escepticismo", le dijo a la BBC.
Desde entonces Guest continuó investigando en la misma línea y fundó la organización Medical Detection Dogs.
Otros centros de investigación en el mundo hicieron estudios en la misma línea.
En 2009 Guest notó que su propio perro labrador empezó a comportarse de una manera diferente cuando estaba con ella.
"Empezó a darme empujones y se me quedaba miranto", recuerda.
Fue entonces cuando le diagnosticaron cáncer de mama. "Y eso realmente me dio el ímpetu para creer que esto realmente puede transformar vidas y que salvará miles de vidas en el futuro", declaró.


Fuente: